Contra la delincuencia juvenil: más penas o más cámaras

Queridos amigos: cada vez que ocurre un hecho criminal protagonizado por uno o más jóvenes, por uno o más niños ( ver Amok incendiario en Ansbach - Dinamarca y Afganistán - Radares y misiles - Tobin , 20 personas fueron testigos del asesinato de Dominik Brunner y La muerte de Dominik Brunner) surgen quienes -generalmente desde el lado de los conservadores- insisten en elevar las penas y en poner más cámaras en lugares públicos.

Estoy de acuerdo con las cámaras (y en desacuerdo con los piratas, en este punto y en muchos otros); pero sé que ni ellas, ni el aumento de las penas servirán mucho para reducir los delitos. Salvo que... se inicie una campaña para que los eventuales criminales se den cuenta de que están siendo observados y de que la policía estará en ese lugar en un par de minutos. Lo que también es ilusorio, ya que supone personal en abundancia para vigilar constamente las imágenes de todas las cámaras.

Personal que no hay... Salvo que se haga cursos para cambiar de profesión, destinado a funcionarios bancarios o de la industria automotriz... Aunque sería mejor que se redestinara a estas personas a cuidar ancianos, que es algo que tiene más futuro en Alemania. La otra alternativa es la de los programas de software que identifiquen inmediatamente que se está, en esos mismos momentos, cometiendo un delito...

Recuerdan el ataque a un jubilado en el S-Bahn de München el 2007, que fue filmado completamente por las cámaras. Y creo que pocas personas hay que no sepan que los trenes metropolitanos tienen cámaras en todas partes:



Sobre la proposición de aumentar las penas, me pregunto si un aumento de las mismas llevaría a los amokläufer (por definición suicidas) a no intentar una acción criminal. No sé que Uds. opinan; pero, me parece que no.

En suma, estoy de acuerdo con que se coloquen más cámaras, pero me parece que más que una función preventiva, estas cámaras, tendrán una función paliativa. Acerca de aumentar las penas, no será la solución; creo que los jueces tienen las suficientes facultades como para aplicar la pena apropiada al caso específico. Sólo falta que lo hagan.