domingo, 18 de abril de 2010

Nunca había visto tanta devoción por la nobleza como en la República Federal de Alemania


Esta semana, Richard Karl Freiherr von Weizsäcker, ex-presidente federal cumplió 90 años.

Se dice que, cuando él era presidente y Kohl, canciller, daba lo mismo lo que hiciera Kohl, estaba mal; o lo que hiciera Weizsäcker, estaba bien. Recordarán el post de hace unos días Frase del día: todo lo hace bien... Guttenberg

Se cuenta que, en aquel entonces se bromeaba: "cuando Kohl pronuncia un gran discurso, parece que leyera la guía de teléfonos; cuando Weiszäcker lee la guía de teléfonos, parece que pronunciara un gran discurso".

Algunos -no sin razón- se percatan del hecho de que los dos son nobles y se preguntan si no será esa la causa de que el pueblo encuentre que está bien todo lo que ellos hacen/hacían... Claro, es una buena pregunta, el pueblo alemán es sumamente adelsfromm = devoto de los nobles ;) Si quieren, pueden ver mi post en Historias: Adelsfromm

Recuerdo que un amigo diplomático de un país de la Commonwealth of Nations (de uno de los países importantes de la Comunidad) en Alemania, nos decía, riéndose (comida o sea cena, en algunos países, en mi casa): "yo vengo de una monarquía, pero nunca había visto tanta devoción por la nobleza como en la República de Alemania".

Ojo: república = libre de monarquía

El titular de la semana pasada del muy izquierdista Junge Welt (no confundir con la muy derechista -en el sentido europeo de derecha, no en el sentido americano- Junge Freiheit): Freiherr auf Frontshow = el show del barón en el frente de batalla... Se refiere a Afganistán. Por lo del viaje de KT a ese país en guerra, en guerra civil, claro.




3 comentarios:

Jorge dijo...

Marta: Más que un asunto de devoción en sí misma a la nobleza, me parece que es una tradición inmemorial -inconsciente, diría- de los germanos, de fuerte componente identitaria y cohesionadora en un pueblo de gran cultura, que aprecia sobremanera su herencia, entre la cual por cierto estuvo también el marcado sentido de autoridad. Mi impresión es que frente a lo expresado, los 92 años transcurridos desde el fin del Reich son muy poco tiempo. La Alemania abundante en preciosos castillos medievales y barrocos; las óperas de Wagner; lo que más tarde sucedería en tiempos de Hitler; etc. Algo parecido sucede a los igualitarios, libertarios y fraternales franceses; pero no a quienes provenimos de naciones con tradiciones republicanas bicentenariamente ininterrumpidas. Hay que recordar también que, en el caso de Chile, los auarucanos nunca tuvieron reyes ni algo que se les pareciera.

¿Me equivoco?

Jorge M.

Marta Salazar dijo...

Jorge, gracias!

trataré de contestar cada una de las ideas por separado: "en un pueblo de gran cultura", ejem, te refieres a qué pueblo?

"el marcado sentido de autoridad", sí, claro, más que nada autoritario...

Sí, gracias a Dios, venimos de una república! Viva la República! Abajo la monarquía! ja ja

Un abrazo!

Jorge dijo...

A los alemanes, Marta, pese a que ya no son la potencia cultural de antes. Desde la distancia uno ve las cosas con perspectiva: sigue siendo un pueblo de gran cultura.
Y como decía anteriormente, la devoción por la nobleza es una fuerte componente identitaria, muchas veces incosciente, de los diversos pueblos europeos. Aun los yankees caen en ella...

¿Anatemizar la monarquía y ensalzar la república, o vice versa? Creo que es algo que depende de la idionsicrasia de cada pueblo. Personalmente, no tengo la mejor receta. Ambas pueden funcionar bien, mientras se garantice el bien común. Dependerá de lo que los respectivos pueblos acuerden.

A propósito, podría ser interesante que AESYD plantee la pregunta acerca de si los alemanes son o siguen siendo un pueblo de gran cultura, así como también el rol que aquélla juega para los primeros.

Jorge M.