lunes, 6 de septiembre de 2010

El jardinero ilustrado


I La Ilustración... si es que se puede hablar de "la Ilustración", porque en realidad hay muchas y diversas: la inglesa, la alemana, la francesa, el despotismo ilustrado, la Ilustración católica, la luterana, la no-Ilustración del Oriente de Europa... la americana, la influencia en el Imperio de los zares, etc., etc., etc.

La Ilustración no sólo nos trajo cosas buenas (ni sólo cosas malas, como la quieren presentar algunos). Se puede decir que el principio de no ser condenado sin antes ser juzgado (mi artículo de esta mañana Asesinato selectivo, targeted killing o gezielte Tötung), si bien no es precisamente consecuencia de la Ilustración, sí quedo plasmado en los códigos y el movimiento codificador -en el ámbito del derecho- es una de las expresiones más típicas de la Ilustración. El principio procesal de la bilateralidad de la audiencia, sin embargo y hasta donde yo sé, viene del derecho canónico.

La Ilustración nos llevó a clasificarlo, a catalogarlo todo: las especies, esto es, la flora y la fauna y también nos llevó a clasificar racionalmente al ser humano. En efecto, en aquel entonces, "el pensamiento moderno y racional llevó a clasificar a todas las especies, incluyendo a la especie humana y a trazar árboles genealógicos y tablas" de las mismas especies (cfr. Das Zeitalter des Völkermordes).

Se trazaron entonces límites claramente definidos entre las "razas", incluyendo a "las razas humanas". El colonialismo adoptó este pensamiento y condujo a prohibir los matrimonios entre la raza superior de los señores y la inferior de los dominados. Lo que quedó muy claro en las "colonias europeas" en África. No olvidemos que el s. 20 comenzó con el intento alemán de "eliminar" a las "razas" inferiores de Namibia, los herero y los nama

Cito una vez más las palabras de mi amigo Joaquín, en La lección de Evo, "para los ilustrados, el modelo de ser humano era el habitante de París, Londres o Berlín. Un hombre de maneras refinadas y espíritu racionalista, de tez blanca y amante de la ciencia. Este modelo se impuso a sangre y fuego (...) y marcó toda una cultura que pervive hasta hoy. Naturalmente, ante este ideal de ser humano, los indígenas quedaban en una situación de inferioridad. Debían ser "civilizados", cuando no exterminados como una lacra social".

II Las razas se separaron considerando a algunas más avanzadas que a otras. Después de todo, esto calza muy bien con la fe en el progreso, propia de la Ilustración. En consecuencia, se sostuvo que había algunas razas más "evolucionadas" que otras, "más atrasadas". Las más atrasadas estaban pues "condenadas a desaparecer".

En este marco, surgió el radical nacionalismo europeo que adoptando esta "lógica", propagó la idea de la nación homogénea. Todo lo que no fuese homogéneo, todo lo que se saliera de la norma, debería "eliminarse". En esta "lógica exterminatoria", la propia nación se hallaba en permanente lucha con las demás. Al fin de la cual, la nación más fuerte, la más evolucionada triunfaría sobre las demás y sobreviviría.

¿Les parece conocida esta "lógica"? A mí sí.

III Como hace ver el sociólogo Zygmunt Bauman, "el estado moderno se asemeja, en consecuencia a un jardinero que quita toda la maleza y la elimina, para así lograr cuerpos estatales uniformes". Y esto... hasta llegar al genocidio que Bauman conoció muy bien (desde su natal Polonia, emigró a la URSS durante el período nazi; para luego regresar Universidad de Varsovia) y emigrar nuevamente, esta vez, a Israel y más tarde a Gran Bretaña (University of Leeds)).

"El jardinero tiene por misión arrancar la maleza y destruirla; acabar con el feo desorden y lograr el orden, para que el jardín se vea bonito".

IV El mismo biologismo de Sarrazín, nos hace pensar en el lenguaje biologista de los nacional socialistas, que veían en las minorías (y no piensen que sólo en los judíos... también en los "gitanos", por ej., cualquier alusión a lo que vemos actualmente en el sur de Europa, es... ¿pura casualidad?), nada más que "parásitos y bacilos, que viven a costa de los demás". Esto es, pequeños pero peligrosos.

Sí, cómo es la acusación falsa de Sarrazín, en el sentido de que los "musulmanes viven de la seguridad social"? Qué raro, la semana pasada pagué dos cuentas a sendos médicos musulmanes que nos atienden y, al menos a juzgar por la cantidad de pacientes que tienen, no creo que vivan de la seguridad social... La semana antepasada compré un monitor a otro, que hace un trabajo buenísimo en la ciudad de Godesberg. Y, sin ir más lejos, hoy al mediodía compré un coffee to go a otro, uno sumamente trabajador y emprendedor.

En esta lógica del exterminio, las minorías son vistas como lo que en alemán denominamos un Fremdkörper y en latín, un corpus alienum (no sé cómo se puede llamar en castellano). ¿Quién decide quién pertenece al grupo y quién no? La sociedad mayoritaria.

Así, todo aquel distinto, el otro fue catalogado, clasificado como un otro absoluto, como un absolutamente otro, un absolutamente distinto. Nada del cristiano hermanos y hermanas... No, el otro, el distinto, el ser minoritario dentro de la sociedad mayoritaria, dentro del hermoso jardín, es sólo maleza, basura que puede, que debe ser eliminada. Quien moleste a la pureza de la raza... perdón del jardín, ese debe ser eliminado. Si no lo podemos eliminar, expulsémoslo.

No hay posibilidad alguna de que la maleza se transforme en hermosa planta. No se puede pasar de un grupo a otro, algo así sería imposible. No, no somos españoles de 1492, no hay posibilidad de conversión, es una cuestión genética y no cabe una decisión personal de querer incorporarse, integrarse a la sociedad mayoritaria. No. El que nació maleza no se puede transformar en bella flor o árbol frondoso. No hay caso, el que nació tonto, no puede engendrar hijos inteligentes, de manera que más le vale no tener hijos. Para qué hablar de los matrimonios mixtos... Mejor ni pensar en esta horrible posibilidad.

Como decía Wandres (citado por Jürgen Zimmerer, en Deutsche Herrschaft über Afrikaner = dominación alemana sobre los africanos), misionero protestante rhenano, en Namibia, a comienzos del s. 20: "los matrimonios mixtos no son deseables, sino que, por el contrario, son inmorales y son una bofetada en la cara de la alemanidad (Deutschtum)... Son un pecado contra la conciencia de la raza".


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