La noticia a la que me referí ayer (Otro escándalo de pedofilia en Alemania - esta vez, en München) no ha llegado aún a los medios hispanoparlantes. Para que no se sorprendan cuando esto ocurra, les doy más antecedentes.
La abogado Marion Westpfahl fue nombrada en abril 2010, por la Arquidiócesis de München, para investigar los casos de abusos sexuales de menores ocurridos en esa diócesis, desde 1949 (ó 1945?) hasta el 2009. Sí, algunas veces, hay gente (amigos españoles) que comenta que "esto ocurrió hace treinta años". La verdad es que no, los abusos sexuales ocurren también en la actualidad... Además, los hechos acontecidos "hace treinta años" no dejan por eso de ser muy graves.
Debió leer 13 mil expedientes, correspondientes a ese plazo de sesenta años.
La abogado habla de un sistema de encubrimiento y de la banalización (o trivialización) (Ein System der Vertuschung und Verharmlosung) que imperaba en la arquidiócesis. En efecto, "archivos completos fueron destruidos, clérigos homosexuales fueron chantajeados". Agrega que "los autores de los delitos, rara vez se sentían culpables; sin embargo, tenían una fuerte tendencia a la autocompasión". Me pregunto si será la antigua expresión del victimismo que veo hoy en algunos sectores cristianos... Westpfahl dice que lo peor es que el el Ordinariat "no se tomaba en serio, no se percibía a las víctimas como tales; prevalecía el desinterés hacia ellos/as, dejándolas abandonadas a su destino".
Si hay algo que no soporto es que se banalice, se le reste importancia a lo ocurrido, de acuerdo a la mencionada mentalidad de "pasó hace tanto tiempo" o el sostener que se trata de casos aislados, del "cuentagotas" del que escribía un bloguer español, cuando, en realidad, estamos frente a un sistema, como dice la abogado del Arzobispado. Menos aún soporto que se ignore a las víctimas, en un afán -que no entiendo- de proteger al malhechor.
El arzobispo Marx (estuvo presente durante toda la conferencia de prensa y parece que notoriamente dolido) señala -con mucha razón- que "no hay alternativa a la de dar a conocer lo ocurrido", de investigar la verdad y darla a conocer. "Lo que hacemos, es una deuda que tenemos con las víctimas, a ellos se lo debemos. Nosotros, como iglesia, pedimos perdón por lo que los miembros de la iglesia han hecho". Marx es uno de los obispos alemanes que, desde un comienzo ha sido consecuente en investigar a fondo los delitos sexuales y en castigar a los culpables.
Los miembros de la Iglesia que cometieron estos gravísimos 365 casos de abusos (la abogado dice que la cifra es mayor, pero estos son sólo los casos conocidos) son: 159 sacerdotes sospechosos, 26 de ellos condenados. 15 diáconos y seis personas (referentes, asistentes de pastoral o encargados de la juventud). Hay 96 casos investigados protagonizados por profesores de religión, uno de ellos fue condenado.
La abogado explica que, "si los documentos están incompletos, se debe a las grandes acciones de aniquilación de archivos, ocurridos en el pasado". Esto hace que "la relación autor-víctima no puede ser reconstruida". Deja muy en claro que "esto no se debe a la incapacidad de los empleados, el caos no lleva a destuir sistemáticamente ciertos expedientes. Un procedimiento de destrucción de documentos es lo menos parecido que hay al caos y a la incapacidad. Por el contrario, aquí estamos frente a una actitud fundamental".
La verdad hay que darla a conocer... Es el momento de pedir perdón, de sentir con las víctimas, de reconocerlas, de resarcirlas y de desagraviar al Señor, por estos pecados gravísimos que se han cometido. Esta gente, en vez de dar amor, de dar luz, con sus acciones, han sembrado odio, dolor y maldad.
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