Uno de los temas recurrentes en los análisis alemanes es el de las consecuencias económicas de gran accidente nuclear japonés (concedo que sin el accidente nuclear, podría haberse pensando en un efecto Kōbe (ver Fukushima no es Kōbe); pero ahora... ahora no sé... No lo creo. La devastación, hasta ahora es grandísima, la contaminación atómica de la zona industrial en torno a Sendai, las cerca de (hasta ahora) seis mil muertes, y quien sabe qué nos deparará el futuro...
En todo caso, la OECD tiene una primera apreciación, de 15 de marzo sobre el tema: The Tohoku Pacific earthquake: Economic consequences
Entretanto, el Ministerio de economía alemán entregó una declaración, según la cual las consecuencias, para la ecomomía alemana, son mínimas, ya que las importaciones desde Japón están bajo el 3% y las exportaciones, cercanas al 1%. O sea, muy poco. Claro, esto es si se considera una influencia directa. Pero pensemos en una eventual influencia indirecta, a través de un enfriamiento de la economía mundial o... bastaría con que la asiática se enfriara...
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