Fueron hombres y mujeres que arriesgaron sus vidas para derrocar la dictadura nacional socialista. Todos ellos tenían algo en común grandes: un fuerte sentido de responsabilidad personal hacia el propio país. Su comportamiento y su sacrificio nos conducen a asumir la obligación de dar la cara contra el racismo, la discriminación y la violencia, dondequiera que se encuentren. La libertad y la democracia requieren la defensa de cada uno de nosotros.Hago mías sus palabras. Sobre el orden fundamental de libertad y democracia
Agua Maldita
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Cuenta la leyenda que el monarca Abdul-El-Agreb adoraba el agua. Su
fastuoso palacio, construido en varios niveles, estaba rodeado de estanques
y fuente...
Hace 3 años
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