miércoles, 25 de noviembre de 2015

Turquía y el avión ruso


La noticia del día es el derribo del jet de combate ruso por las fuerzas armadas turcas que defienden la frontera con Siria.

Desde octubre pasado, Rusia "provoca" (la misma palabra que tanto usa Rusia para justificar cualquier agresión, como vimos en Georgia) a los turcos, una y otra vez. Recordemos que, hace poco, ellos derribaron un dron ruso. Aunque Rusia todavía niega que el avión no tripulado sea suyo.

Es lo mismo que Rusia hace en el Norte, con la frontera con los Países Bálticos: aviones rusos sobrevuelan el espacio aéreo de estos países; pero que -de acuerdo a la ideología imperialista de Putin- ellos consideran parte de su imperio.

Rusia lo hace ya que así prueba la velocidad de reacción de los países de la OTAN o no de la OTAN... ya que también vuela sobre un país como Finlandia que -como mis ilustrados lectores saben- no es miembro de la NATO. Tampoco Suecia, donde apareció un submaridno ruso en aguas territoriales suecas.

Turquía había protestado diplomáticamente ya varias veces por las violaciones de su espacio aéreo por parte de aviones rusos, desde que Putin ordenó bombardear objetivos en Siria (país vecino a Turquía, por favor, miren el mapa del mundo). La finalidad principal de Rusia no es combatir al Islamic State, sino atacar a los enemigos de su protegido, el pdte. Assad (se escribe con dos "s"). Y es, probablemente, lo que estaba haciendo el avión en la frontera con Turquía: probablemente bombardear a los pueblos turcmenos que son tanto enemigos de Assad, como del IS.

Diez veces los aviones de la fuerza aérea turca que escoltaban al avión ruso SU24 (un modelo Suchoi de 1975) le advirtieron que se hallaba sobre territorio turco y que lo tenía que abandonar. El avión no reaccionó (un amigo dice que esos aviones están en tan mal estado que, en una de esas, no le funcionaba la radio). Hasta que uno de ellos, desde su avión, le disparó un misil. Lo que pasó después, lo pueden ver en el video de más abajo.

Uno de los pilotos murió. El otro, se encuentra en uno de los pueblos, probablemente, de la etnia que a él le ordenaron bombardear. Turquía trataría ahora de rescatarlo. Esperemos que lo logre.

Ayer en Moscú hubo una pequena marcha o protesta contra Turquía; pero fue muy poco numerosa. Lo que menos le gusta al pueblo ruso son este tipo de pérdidas de vidas humanas en guerras más al sur del mundo. El síndrome de Afganistán es en Rusia muy grande. La situación para Putin es peligrosa, pese a que la televisión, los medios y las redes sociales están en Rusia controladas férreamente por el estado y son más bien, medios de propaganda (sean estatales o de oligarcas).

Hace poco, Erdogan y Putin celebraban el acuerdo para tender un gasoducto hacia Turquía. Una de las primeras medidas que está en peligro es este gasoducto. Rusia anuncia que prohibirá el turismo ruso hacia Turquía, lo que sería un golpe para la economía turca; pero uno más grande, para las empresas de turismo rusas. Asimismo, el anuncio de sanciones económicas a Turquía, sería totalmente negativo para la economía rusa (tan grande como la italiana) y uno no tan grande para la turca. Todos esto último, relativo a las sanciones económicas, es algo que aún no está decidido.


 

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