Un empresario del Mügeln -que prefiere no dar su nombre por temor a las represalias- dice que es terrible que hayan sido indios los atacados, porque “son laboriosos y trabajan duro = die sind fleißig und arbeiteten hart... Sicherlich gibt es dafür Neider..., continúa: „hay muchos envidiosos“. Claro, no me cabe duda que es así. Ya Sebastian Haffner habla de la envidia como una de las características que llevaron al nacional socialismo al poder.
Por su parte, el alcalde de Mügeln dice que en esta localidad no hay extremismo de derecha y que quienes agredieron a los indios no son de allí. Ah, ¿y de dónde son? Esto es tan típico de Alemania, lo he vivido en el Eifel muchas veces: si pasa algo malo se trata de ocultar y si no se puede, se culpa a los forasteros, a los del otro pueblo.
La vocera de la policía dice que, si bien, se escucharon gritos de esos típicos en contra de los extranjeros, no se sabe si el delito es un delito fundado en el odio a los extranjeros o no (!).
Después de varios días de interrogatorios, aún no se sabe nada, no se tiene claridad acerca de lo ocurrido. Supongo que será igual que con la mafia italiana (ver Giorgio Basile : donde hay pizza hay mafia) en que nadie sabe nada, no ve nada, no oye nada y no dice nada (ver En San Luca tras los pasos de la Ndrangheta).
Ayer entrevistaban a algunas personas de Mügeln que, en el típico dialecto de la gente de poca cultura de esa región, vociferaban asegurando que los jóvenes atacantes no tenían armas; pero que los indios sí tenían vidrios para atacar a los alemanes. Muy curioso, ¿por qué entonces son los indios los heridos con armas blancas y no los jóvenes cabezas rapadas?
Es probable que nunca se sepa qué pasó realmente, porque los “testigos” cuenten versiones diferentes y acomodadas a su voluntad de lo ocurrido. A propósito, aún no se sabe nada, absolutamente nada acerca de los asesinos de los seis italianos en Duisburg.
¿En qué se parece la mafia italiana y la xenofobia alemana? En que no se puede generalizar y decir que todos los italianos son mafiosos, como tampoco que todos los alemanes de la ex-RDA o DDR son xenófobos.
Pero, con el vicepresidente del Bundestag, Wolfgang Thierse (socialdemócrata, viene del Este) diría que, si bien el problema de la xenofobia es de toda Alemania, en el Este alcanza ribetes violentos (“besonderen ostdeutschen gewalttätigen Akzent”).
Por su parte, la ministra de cultura, la srta. Annette Schavan (del ala conservadora de la CDU) quéjase temiendo que esto traiga desventajas empresariales a Alemania... Ella es una de las personas que ha planteado la necesidad de la inmigración de trabajadores calificados (o cualificados, como les dicen en España) y tiene razón en este punto.
Reflexiones sobre una nueva constitución para Chile, por Javier Edwards
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*Recibí este texto por whatsapp. Copio lo que recibí. Supongo que será de
Javier; pero no estoy segura, ni tengo cómo comunicarme con él para
preguntarle....
Hace 4 años
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