La jubilación con 77 años

Hace un par de días, comenzó en Alemania un debate acerca de la edad para jubilar, un nuevo debate sobre este tema.

Durante varios gobiernos (por ej. el de Kohl) se pensaba que jubilando prematuramente a los mayores en una empresa (o en el estado, o donde fuera), los más jóvenes ocuparían su lugar y con ello, disminuiría el desempleo.

Pues bien, esta política se aplicó en muchos países del llamado primer mundo y, en Alemania, hasta el gobierno de Schröder que, en este punto, acertadamente, comenzó a aplicar una política distinta, cuya finalidad era que los mayores de entre los trabajadores trabajaran hasta el final. Hasta que llegaran a la edad "normal" para jubilar (65 años).

Ahora bien, una de las medidas más importantes de Müntefering, en su calidad de ministro del trabajo (y vice canciller) del actual gobierno, fue elevar la edad para jubilar a 67 años. Por lo que tuvo (recordemos que acaba de dejar su cargo) en contra a todos los sindicatos y a gran parte de la socialdemocracia, partido al que pertenece.

Klaus F. Zimmermann, director (aquí siempre decimos chef = jefe, pero me parece que la traducción más apropiada sería director) de Instituto alemán de estudios económicos (Deutsche Institut für Wirtschaftsforschung, abreviado DIW) explicó a fines de la semana pasada que, "a largo plazo, la edad para jubilar debería ser elevada a 70 años".

A la discusión se sumó el respetadísimo Hans-Werner Sinn, presidente del prestigioso Münchener Ifo-Institut. Sinn agregó que, incluso 70 años es muy pronto para jubilar.

Sinn hizo ver que, de acuerdo a los cálculos de las Naciones Unidas, si queremos mantener el nivel de las rentas actuales, sin aumentar el aporte del sector pasivo, ni los impuestos, deberíamos trabajar, por lo menos hasta los 77.

Esto es irrealizable -continúa- y nos hace ver, que no tenemos el problema (de las pensiones y jubilaciones en un sistema de reparto, nota de este blog), en absoluto bajo control.

Es cierto... lamentablemente cierto. Otra de las más terribles consecuencias del invierno demográfico y del sistema de reparto y no de capitalización.