martes, 8 de enero de 2008

El camp de Max & Moritz


Hace exactamente 100 años -el 9 de enero de 1908- murió Wilhelm Busch.

Sus dibujos, sus historietas son una mezcla entre sátira, moralismo y pedagogía. A mi modo de ver, una pedagogía muy mala y en esto, coincido plenamente con la pedagogía moderna.

La verdad es que la primera vez que cayó en mis manos un libro con historias de Busch, no podía creer que alguien pudiese haber hecho alguna vez algo que me parecía tan... equivocado.

Y menos aún que alguien pudiera haber pensado alguna vez que este tipo de historias podría ayudar en la educación de los niños y de los jóvenes, y de las jóvenes...

Pero en fin, en esto no estoy sola, la pedagogía actual opina lo mismo.

Aunque a veces no puedo entender algunas cosas, por ej., que, en Deutschland Funk, hoy en la mañana, el párroco protestante (antes de las 7 AM hay siempre pensamientos de algún párroco), en si programa matinal, le rindió un homenaje a Busch, homenaje que no puedo entender, pues sus dibujos, su forma de ver la vida y su vida misma poco y nada tienen que ver con el ideal cristiano... Me parece a mí al menos.

En fin, no por haber sido criado en una parroquia de su tío pastor luterano cerca de Hannover (es el caso de Busch, ya que "no había espacio en su casa" para tantos hermanos; era la época en que en Alemania había muchos niños), se convierte una persona en santa.

La caricatura es Die Welt y se refiere a los famosos camps que el candidato y actual ministro-presidente de Hessen, Koch, propuso hace unos días, para enviar a los jóvenes delincuentes extranjeros, tema al que me referí el fin de semana, ver Koch pierde popularidad al criminalizar a los jóvenes extranjeros incluso en la CDU

En él, los típicos personajes de Busch, Max & Moritz (es el nombre que mi ex-vecina que era dómina de profesión, había puesto a sus hijos..., pobres chicos) hacen de las suyas (a mí no me parece que sean travisos, sino que son realmente malos, de maldad) y el Lehrer Lämpel, el profesor Lämpel (ese que tiene siempre su dedo levantado para llamar la atención) les dice:

¡Los enviaremos inmediatamente a un camp!

Uno de los planeados por Koch, claro.


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