Esta semana le tocó a don Fernando -el patriarca de la Volkswagen- acudir a los tribunales en Braunschweig.
Por el caso de la multimillonaria malversación de fondos, en que la empresa automotriz compró a los representantes de los sindicatos (que participan en la gerencia de la empresa, gracias a la co-gestión), pagándoles sueldos millonarios, además, de viajes de vacaciones (solos, sin familias, por supuesto), prostitutas, visitas a prostíbulos y clubs de esos donde bailan mujeres sin ropa, además, de viajes de las prostitutas (y de las amantes) a Alemania, incluída su lujosa estadía. Y un largo etcétera.
Sin duda, una loa a la co-gestión.
Piëch se mostró como lo que es... Dijo que él no sabía nada de nada...
Y se permitió corregir (me lo imagino live, después de todo, Piëch es un jefe) a un abogado que, teóricamente no sabía -según Piëch- cómo se pronuncia el nombre de los caros vehículos deportivos de la marca Lamborghini.
Ferdinand (nieto de Ferdinand Porsche, ciudadano checo que tuvo que renunciar esta nacionalidad y adoptar la alemana a instancias del mismo Hitler) dijo riéndose:
"Todo el que se pueda comprar un Lamborghini, puede pronunciar el nombre cómo quiera. Quien no se lo pueda permitir, tiene que pronunciarlo bien" (1).
Yo mandaría a este hombre (70) un camp de educación... después de todo, como es un extranjero... Piëch es austriaco.
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(1) "Jeder, der sich einen Lamborghini kauft, kann den Namen aussprechen, wie er will. Wer sich ihn aber nicht leisten kann, soll es richtig sagen."
Reflexiones sobre una nueva constitución para Chile, por Javier Edwards
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*Recibí este texto por whatsapp. Copio lo que recibí. Supongo que será de
Javier; pero no estoy segura, ni tengo cómo comunicarme con él para
preguntarle....
Hace 5 años
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