De Cicero, por si alguien, en el extranjero, piensa que esta es una revista de izquierda, les diré que no lo es, es una revista dirigida a la intelectualidad conservadora, diría yo. Uds. saben, todo es cuestión de marketing.
Se llama el cocinero (Koch significa cocinero en alemán) y la camarera.
La camarera es, como se pueden imaginar (los hombres siempre como jefes de las mujeres), la canciller Merkel.
En la olla dice: "Campaña electoral contra los extranjeros".
En la lata dice: "argumentos podridos".
Al lado, en el frasco, se lee que es un condimento para hacer todo "más picante".
La camarera, la canciller, se aleja de la cocina, a la vista de Koch, quien la observa con las manos en la cintura y comenta:
"Puh, esto huele muy mal".
Si piensa que realmente huele tan mal, me pregunto por qué apoyó a Koch? Solamente con miras a un eventual triunfo electoral en las próximas elecciones en Hessen. Como dije hace un par de días, esta estrategia ha sido un boomerang para la CDU -ayer comenzaron las críticas intrapartidistas- que le significará perder más votos de los que se temía.
Salvo que pase algo de aquí al día de las elecciones y algún joven turco o polaco (nacido y "educado" en Alemania) protagonice otro ataque a algún anciano alemán, supongo que -como insinuó Struck (ese que no sabe qué es un browser, ver Políticos alemanes que no tienen idea de Internet) ayer en DLF- esto "alegraría a Koch de corazón".
Triste, triste... A lo que hemos llegado... a lo que el populismo de Koch y otros, nos ha conducido. Entre tanto, leo en la página de la NPD (extrema derecha xenófoba, no hay link, lógico) que ellos apoyan a Koch... claro, cómo podía ser de otra forma, después de todo, este personaje pesca en las aguas del populismo.
Gracias a Dios, la opinión pública en Alemania rechaza -hasta ahora- este tipo de maniobras populistas.
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