Infanticidio en Alemania, breve descripción histórica

Estimadísimos amigos: hace unos días, en el foro de Qué piensas si encuentras tres cadáveres en el congelador de tu casa, nuestro querido amigo Diego Benoit hizo uno de sus excelente comentarios:

"El infanticidio es algo bastante común y está recogido en la mayoría de los códigos penales del mundo como un tipo penal de menor gravedad que el homicidio. Al parecer algunas mujeres dentro de las primeras 48 horas después de dar a luz tienen la tendencia de matar a su crío y se vueleven altamente emocionales e irracionales".

Comentario que me servirá para exponer muy resumidamente -no se asusten, no será un artículo muy jurídico y les prometo que estará al alcance de todos, no se necesita conocimientos jurídicos previos- cuál es la situación del infanticidio en Alemania.

Antes que nada, tengo que agradecer a Néstor Aparicio (Vida e Insólitas Aventuras de un Joven Abogado) por sus explicaciones acerca del infanticidio en España. Originalmente, pensé en escribir algo del tipo derecho comparado, pero la verdad es que me quedaré con la suscinta explicación de la evolución de la figura del infanticidio en la legislación alemana.

Una muy buena -y corta- explicación histórica nos la da la Universidad de Leipzig, a través del Diccionario on line del Instituto de Medicina Forense (sobre esta especialidad, ¡no hay artículo en castellano en Wikipedia!):

Dice que por infanticidio (Kindstötung) se entiende la muerte de un recién nacido (Neugeborenen) durante el parto o inmediatamente después (gleich nach der Geburt).

Agrega que, durante largo tiempo, se castigó dracónicamente (drakonisch) a la madre, por ej., se la enterraba viva.

Hasta aquí el diccionario. Recordarán que Gretchen (en Fausto, de Goethe 1710–1782) es quemada viva en la hoguera por haber dado muerte a su hijo recién nacido, hijo de Fausto que la había abandonado, pero que retorna en el último minuto, arrepentido y habiendo dado la espalda al demonio, a salvarla. Ella no quiere ser salvada, porque reconoce su culpa y decide morir en la hoguera (así, se salva, expiando su culpa). Fausto se abraza a Gretchen y decide morir con ella, por amor (expiando igualmente la culpa por haberla abandonado inducido por Mefis).

Así, Mefisto o Mefistófeles "pierde", ya que Fausto muere amando y no como quiere el demonio, vive -o muere- odiando... De alguna manera, me recuerda a Harry Poterr... es que el amor ha sido siempre, en la historia humana, redentor.

La ilustración (Fausto ofrece su brazo a Gretchen) es de Peter von Cornelius (fallecido en 1867), aprox. de 1811. Gracias a Wikimedia

Retomamos las explicaciones de la Universidad de Leipzig. Durante la segunda mitad del siglo 18, tuvo lugar una gran discusión entre los juristas acerca del infanticidio que culminó con un cambio en el derecho penal: a mediados del siglo 19, se tipificó este delito aparte, podríamos decir, como figura penal específica. Con una pena menor, debido a la extraordinaria situación de la madre después del parto, en el caso de que se tratara de un hijo ilegítimo o natural.

Recalco esta última circunstancia que era la que llevaba a que, en una sociedad ilustrada, se rebajara la pena, a la madre no casada, por la presión social que existía en este sentido.

Incluso en la Metafísica de las Costumbres (el texto casi completo, on line, gracias a la Universidad de Bonn), de Kant (1724-1804, procedente de una sociedad, digámoslo cómo es, altamente puritana del Noreste de Europa), este filósofo alemán se inclina por la no penalización (gegen eine strafrechtliche Verfolgung) del infanticidio, cuando la madre es la autora del delito y el niño es ilegítimo o natural, esto es, nacido fuera del matrimonio (wenn die Mutter Täterin war und das Kind unehelich zur Welt kam). Si es otra persona quien le da muerte, no hay una menor pena. Lo que recogió el derecho alemán codificado.

Para mí, una razón más para no ser kantiana... en medio de una sociedad altamente kantiana. Pienso que un niño que nace fuera del matrimonio es un ser humano, con tantos derechos como toda otra persona... Algo evidente que parece que burgueses ilustrados no sabían... O no querían saber...