Editorial de hoy en WamS, a propósito de los cincuenta anos de la construcción del Muro de Berlín:
Visto en retrospectiva histórica, con la construcción del muro, el comunismo diseñó su propio ataúd, en el que tarde o temprano habría de pudrirse. Sólo en el movimiento hacia adelante, expresado en la lucha de clases permanente que libró en contra de sus propias sociedades, y que siempre estaba ansioso por llevar a cabo, pudo desarrollar su fuerza de aplastamiento.
Pero al establecer un cerrojo de seguridad, el comunismo confesó a un visiblemente que se había quedado sin fuerzas para seguir ganando terreno: el muro sería la morrena terminal de la expansión totalitaria. Aislado del mundo exterior, se centró en el automantenimiento de su dominación, ya que inevitablemente había perdido la ilusión utópica sobre la que se basaba su poder.
Agua Maldita
-
Cuenta la leyenda que el monarca Abdul-El-Agreb adoraba el agua. Su
fastuoso palacio, construido en varios niveles, estaba rodeado de estanques
y fuente...
Hace 3 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario